Guerras futuras: Centros de datos en la mira
Los centros de datos se han convertido en un pilar fundamental para los Estados en la era digital, puntualmente porque que son esenciales para el almacenamiento, procesamiento y gestión de enormes volúmenes de información que alimentan desde servicios civiles hasta aplicaciones militares y de inteligencia artificial. Su importancia radica tanto en su capacidad para soportar operaciones tecnológicas avanzadas, como así también en su rol estratégico en la soberanía digital y la seguridad nacional.
Controlar y proteger estos centros es crucial para cualquier nación que aspire a mantener su competitividad económica y su influencia global, ya que los centros de datos son el corazón de la infraestructura tecnológica moderna y el motor detrás de la innovación en inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes.
Vigilancia física y cibernética
La vigilancia constante de los centros de datos es una prioridad fundamental para los Estados, dada la importancia estratégica de estos en la era digital. Los centros de datos no solo manejan información crítica, sino que también sostienen la infraestructura tecnológica de sectores clave, lo que los convierte en objetivos atractivos para ciberataques. A diferencia de las amenazas físicas tradicionales, estos ataques son predominantemente cibernéticos, orquestados desde ubicaciones remotas, a menudo a miles de kilómetros de distancia.
Para contrarrestar estos riesgos, los gobiernos han destinado vastos recursos a la construcción y mantenimiento de sofisticadas infraestructuras de seguridad cibernética. Estas incluyen sistemas de detección y respuesta a intrusiones, encriptación avanzada, y protocolos estrictos de gestión de accesos. Además, la cooperación internacional y la regulación del sector privado juegan un papel esencial en la protección de estos activos críticos, asegurando que las amenazas sean mitigadas antes de que puedan causar daños irreparables.
Guerras de la nube
Chris Miller, especialista en economía, y autor del libro Chip War, sostiene que los centros de datos serán las “fábricas del futuro” en la era de la inteligencia artificial.
En una reciente columna de opinión para el Financial Times, Miller señala que las “guerras de chips” podrían transformarse pronto en “guerras de la nube”, debido al papel crucial que desempeñarán los centros de datos en el despliegue de la IA. Destaca que, al igual que los supercomputadores durante la Guerra Fría, los sistemas de IA actuales tienen aplicaciones tanto civiles como militares, lo que convierte el control sobre los centros de datos en una cuestión de gran importancia política y económica.
Además, señala que países como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Kazajstán y Malasia están invirtiendo fuertemente en infraestructura de IA, atrayendo la atención de empresas estadounidenses y chinas que buscan participar en estos mercados estratégicos.
Miller destaca cómo los diplomáticos estadounidenses están cada vez más enfocados en los centros de datos como una estrategia para bloquear la influencia tecnológica china a nivel global. Un ejemplo claro de esta preocupación es el nuevo centro de datos de Microsoft en Kenia, anunciado durante una reunión entre el presidente Biden y el presidente Ruto. Este centro será desarrollado en asociación con G42, una empresa de los Emiratos Árabes Unidos con vínculos con firmas chinas como Huawei, lo que ha generado serias preocupaciones de seguridad en Washington. Estas inquietudes han llevado a llamados para la implementación de medidas de cumplimiento más estrictas.
Miller concluye que los chips, las nubes y los centros de datos están profundamente interconectados, ya que los chips de alto rendimiento, controlados por exportaciones, permiten a las empresas de computación en la nube desplegar inteligencia artificial de manera eficiente. La competencia tecnológica, que comenzó con el silicio, está ahora avanzando hacia una nueva capa en la pila de computación. En este contexto, Miller recuerda a sus lectores que en abril de este año presentó lo que consideraba el “próximo intercambio de IA”, que en una palabra podría resumirse como la “electrificación” del comercio actual de IA. Esto abarca desde gigantes tecnológicos que necesitan gigavatios de energía para operar, hasta batallones de centros de datos que requieren cantidades asombrosas de electricidad, similar a los escenarios de ciencia ficción como los de Matrix.
En resumen, los centros de datos han emergido como objetivos militares cruciales en la era digital debido a su papel central en el almacenamiento y procesamiento de datos críticos tanto para aplicaciones civiles como militares. Esta importancia estratégica ha intensificado la vigilancia física y cibernética sobre estos centros, con la implementación de sofisticadas medidas de seguridad para protegerlos de amenazas globales. Además, la competencia tecnológica global, descrita por Miller como las “guerras de la nube”, refleja cómo el control sobre estos centros se ha convertido en un campo de batalla crucial entre potencias mundiales y actores tecnológicos. Este escenario subraya la necesidad de regulaciones estrictas y cooperación internacional para asegurar la protección y la soberanía digital de los Estados en este nuevo contexto tecnológico.